Ubicada en una gran montaña en Tánger con vista al Océano Atlántico, esta residencia privada es una hermosa mezcla de estilo tradicional marroquí y arquitectura contemporánea. Aunque las actividades realizadas dentro de este complejo son diversas y, a su vez, también lo son los edificios en términos de proporciones y ubicación, el enfoque de iluminación se mantuvo constante a lo largo de todo el proyecto. En consecuencia, UMAYA desarrolló una «priorización de iluminación» para cada edificio individual teniendo en cuenta la ubicación respectiva dentro del complejo general, sin mencionar el uso previsto.

Nuestra estrategia de diseño de iluminación consistió en (i) resaltar el vocabulario de la arquitectura y (ii) complementarlo con la iluminación ambiental general.

El arco marroquí es una delicada combinación de una estructura curvada con múltiples láminas estampadas y la capacidad cubrir importantes espacios volumétricos. El lavado cálido de las superficies internas del arco fue complejo, al igual que el bañado de las texturas en ellos. Nuestro objetivo fue evitar cualquier derrame de luz sobre las superficies adyacentes, como estrategia clave para mejorar el contraste entre los múltiples elementos arquitectónicos, aumentando el impacto visual en el observador. Los motivos florales (Arabescos) se bañaron suavemente permitiendo que las formas geométricas tomaran una posición sutil, pero atractiva, dentro de la configuración nocturna.

El alicatado de Zellige en la parte superior fue otro componente visual que se destacó adecuadamente para remarcar los límites del edificio. La conexión visual entre los elementos arquitectónicos es equilibrada y la transición entre sombras es suave y atractiva. El cuidado al establecer los ratios de contraste permitió armonizar la exposición de los elementos y lograr un ambiente acogedor.