El concepto principal de este proyecto fue el uso de dos tonos de luz diferentes, para diferenciar la volumetría y mostrar la rica composición geométrica. Las temperaturas de color elegidas fueron blanco cálido (2000°K), que pertenece a una luz del amanecer, y blanco frío (6500°K) que se asemeja a la luz solar directa del mediodía.

Los volúmenes fueron bañados con luz blanca cálida, resaltando su textura y configuración tridimensional. La luz blanca fría se utilizó para la coronación, dando a los elementos arquitectónicos un efecto de brillo, derivado del concepto de una serie de coronas en la parte superior del edificio.

El resultado es una elegante combinación de tonos fríos y cálidos, que hace hincapié en los tradicionales detalles arquitectónicos árabes, y que permite a la construcción imponerse en su entorno.