La fachada del edificio se consider como un lienzo en blanco, donde la luz se convertiría en una herramienta para asombrar, y sobre todo destacar al edificio de sus alrededores. La torre fue interpretada como un reflejo del cielo, más específicamente como un reflejo de las estrellas que guiaron en tiempos pasados a marineros y beduinos.

La disposición aleatoria de la constelación de estrellas contrasta perfectamente con la estructura rigurosa del acristalamiento, revelando un efecto inesperado. La concentración gradual de los puntos brillantes subraya la curvatura de la trama exterior, mientras que extiende visualmente la torre hacia el cielo. Tres colores de luz (blanco , turquesa y azul ) dan profundidad y textura a la superficie del vidrio , mientras transmiten el clima de las estrellas.

Ambas cubiertas se bañaron suavemente para indicar el final de las diferentes masas, y sugieren el gesto volumétrica del edificio. Sus formas características pueden ser interpretadas como lunas en medio de una constelación de estrellas.