El alcance del estudio de iluminación para este proyecto abarcó la fachada, el paisajismo, las habitaciones y principales espacios públicos (como el atrio central, pasillos, y restaurantes).

El concepto de diseño estuvo dirigido a acentuar el vocabulario arquitectónico otomano con su dinámica de bóvedas, cúpulas y columnas, proporcionando énfasis lumínico en los detalles arquitectónicos, y el logro de la armonía entre los espacios interiores y exteriores.

En cuanto a la configuración general del color de la fachada, la luz blanca cálida fue dominante, con el fin de mejorar el acogedor impacto del hotel en los alrededores.

La especificación de las luminarias se basó en el estudio de las diversas funciones de los espacios, que ayudaron a definir el ambiente apropiado.